domingo, 8 de noviembre de 2015

PROPUESTA CATEDRA DE ESTUDIOS DE LA INSURGENCIA EN VENEZUELA.

……………………………… 1.- ANTECEDENTES Tal como actos de resistencia política a la colonización del pensamiento, los espacios destinados a generar análisis de los hechos históricos contemporáneos especialmente referidos a la insurgencia o la contrainsurgencia o violencia política en Venezuela a partir de 1958, se han tenido que desarrollar bajo las sombras de lo que aún persiste, como infraestructuras tácitas de pensamiento, como matrices dominantes, en el imaginario nacional, impuestas por el terrorismo que fue aplicado por los partidos que avalaron esas fórmulas políticas usadas por el Estado durante 40 años. Tras largos años de silencio, con algunas excepciones honrosas a lo largo de esos 40 años, las “islas” académicas que se ocuparon del tema, se concentraron en algunas universidades del país como la Universidad Central de Venezuela y se ocuparon de recoger información, documentos, testimonios y hacer una base de datos de interés para la historiografía de nuestra contemporaneidad. A saber algunas de ellas son: • ‘Seminario Optativo’ sobre Historia Actual. Escuela de Historia. UCV.1967-1968. • Cátedra de Estudios Pio Tamayo. Testimonios violentos. UCV FACES • Archivo General de la Nación, Fondo Documental del Pueblo. 2007. • Las Cátedras de Colectivos para la Construcción de la Memorias de los años 60. Universidad Bolivariana de Venezuela. • Ciclo de Foros Insurgencia y contrainsurgencia en Venezuela, segunda mitad del siglo XX, Centro Nacional de Historia Proyecto Memorias de la Insurgencia. 2011-2012 • Cátedra sobre la insurgencia en Venezuela, Escuela de Historia. 2012-2013. Coordinación Profesor Henry Navas. • Seminario Insurgencia y Contrainsurgencia en Venezuela. Ministerio del Poder Popular para Relaciones Exteriores a través del Instituto de Altos Estudios Diplomáticos Pedro Gual, junio 2014. 2.- BREVE DIAGNÓSTICO De los resultados obtenidos en el proceso de más de 40 años de aplicación de terrorismo de estado, luego de la implantación de políticas de inclusión y divulgación de literatura política referida al tema de la insurgencia o la contrainsurgencia, observamos que hay una abundante producción de contenidos de primera fuente, especialmente testimonial desde 2001. En contrasentido existe muy poca producción de esta literatura que aborde el análisis y de evaluación profunda sobre las razones estructurales de la violencia política durante el proceso Puntofijista, pero además lo ocurrido posterior a 1999 como la aplicación de nuevas doctrinas de contrainsurgencia como consecución de la Doctrina de Seguridad y Defensa diseñada por los gobiernos de Estados Unidos, en el marco de la Guerra Fría luego de la Segunda Guerra Mundial y que ahora están sustentadas en nuevos formatos pero con similar doctrina política. Hay autores que indican que a los estudios de la historia en Venezuela le quedan algunos nichos por abordarse y que ameritan la atención para tener una visión completa de nuestras realidades pasadas. Así lo señala el historiador Leonel Muñoz: “La historia de Venezuela, entendido como uno o varios relatos que hayan logrado configurar lo acaecido en la totalidad del espacio que ocupa la sociedad venezolana, aún no está escrita. Eso se puede sostener hoy en día, a pesar de los no valorados en sus conjuntos aportes recientes de nuestras escuelas e institutos de investigación histórica en el ámbito nacional, porque los desarrollos sostenidos en algunas líneas de investigación se han afincado en los requerimientos de sus nichos cognitivos, ampliando en grados diversos, los conocimientos de la investigación escrita…” Uno de esos nichos es precisamente lo referido a la producción historiográfica luego de 1958 hasta la primera década del siglo XXI y específicamente lo inherente al tema de la violencia política, represión policial o militar, violación a los derechos humanos, la insurgencia y la contrainsurgencia en Venezuela, durante el periodo de la llamada “democracia representativa” o Puntofijismo. Queda por determinarse el análisis de la productividad de autores, instituciones y ejes temáticos relativos a los tópicos insurgencia y contrainsurgencia en Venezuela desde la segunda mitad del siglo XX hasta la primera década del siglo XXI, aquí podemos señalar algunos proyectos que intenta hacer estudios métricos sobre el asunto, orientados desde el Plan Nacional de Formación en Ciencia de la información del Convenio Universidad Politécnica Territorial Andrés Eloy Blanco, el Archivo General de la Nación y Biblioteca Nacional de Venezuela. 2.-PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA Para constituir criterios científicos sobre el tema de promover espacios para la investigación y los estudios relativos las luchas insurgentes y contrainsurgentes en Venezuela luego de la segunda mitad del siglo XX y la primera década del siglo XXI nos remitimos a lo indicado en el diagnóstico. En Venezuela las investigaciones y por ende las publicaciones sobre el tema del análisis de la violencia política son muy contadas, salvo los valiosos trabajos de Pedro Pablo Linarez que intentó constituir un cuerpo de referencia sobre el asunto desde una visión y una metodología hipercrítica que merecen, en el marco de una justa valoración posterior, un análisis necesario sobre los fundamentos teórico-metodológicoS y epistemológicos de su trabajo. Existe una percepción subjetiva de que un porcentaje alto de esas publicaciones constituyen fuentes primarias, muchas son testimoniales y muy pocas están destinadas al análisis sobre ese fenómeno histórico de la insurgencia armada y la contrainsurgencia que Venezuela vivió a partir de 1958 y luego los más recientes fenómenos contrainsurgentes en nuestros días más recientes. De allí la primera pregunta: ¿Se han hecho estudios métricos o bibliométricos para determinar productividad y producción de autores y editoriales así como de contenido de lo publicado en ese tema en los últimos años? Es necesario preguntarse también cómo resolver el vacio académico sobre este asunto e iniciar un proceso de cubrir esos nichos de investigación histórica con producción de saberes, investigaciones y por supuesto con publicaciones, bajo una visión transversal metodológica de los conocimientos científicos apoyados en los nuevos hallazgos e informaciones que siguen apareciendo para enriquecer el acervo informativo sobre estos temas actuales. Partiendo de la iniciativa de la Universidad Experimental Rómulo Gallegos en Guárico en Calabozo y de otras instituciones académicas de Venezuela se podría generar una amplia red territorial de investigadores históricos, memorialistas y cronistas tanto en los estudios de pregrado y postgrado que arrojarían insumos de interés sobre el tema. 4.- OBJETIVOS 4.1.- Objetivo general • Constituir la cátedra de Estudios de la Insurgencia y Contrainsurgencia en Venezuela Segunda mitad del siglo XX y primera década del siglo XXI. 4.2 Objetivos Específicos 1.- Desarrollar líneas de investigación histórica sobre los fenómenos de violencia política en Venezuela entre 1958 y 2010. 2.- Promover el estudio de la historia local y regional sobre la violencia política en entidades regionales (RED) y generar trabajos y tesis de grados en la UNERG en el periodo indicado. 3.- Promover un plan de actividades académicas intra y extramuros para estimular el interés de la comunidad estudiantil y de la población en general. 4.- Desarrollar un plan de divulgación y publicación de los hallazgos derivados de las investigaciones y sus resultados que incluya espacios digitales en la web. 5.- Justificación. La contribución al desarrollo, ampliación y democratización del conocimiento científico, de los saberes populares sobre nuestra historia contemporánea está inserta en la implantación de la Cátedra de Estudios de la Insurgencia y contrainsurgencia en Venezuela Segunda mitad del siglo XX y primera década del siglo XXI en la UNERG, con ella se completa un capítulo ausente en la comprensión de nuestra realidad política actual y futura en todos los ámbitos del quehacer nacional, regional y local. El redactor del Preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela Profesor Gustavo Pereira reflexiona entorno a la distribución de los saberes al indicar: “Acceder a los verdaderos beneficios del desarrollo significa constituir una sociedad más justa y entre nosotros difícilmente puede hacerse sino bajo las razones de una revolución, en una verdadera revolución a la venezolana. Pero esta revolución amén de techo y pan y dignidad, debe dar a los muchos conciencia, o por decir espíritu, conciencia más sensibilidad y ello solo se logra privilegiando los haceres culturales, la cultura.” (2010:37). Pero otra razón epistemológica nos lleva a hacer juicios de valor sobre la justeza de esta propuesta y es el hecho de que en los últimos años el pueblo venezolano, sus intelectuales y los académicos comprometidos con el sentido histórico de transformación social de estos tiempos nos convoca a darle un giro a la tradicional manera de estudiar los fenómenos históricos atendiendo a la visión de cientificidad enriquecida por las nuevas corrientes de abordaje metodológico. De esta manera la Profesora Iraida Vargas escribió en 1998 los cimientos sobre lo que podría ser esa nueva historiografía: “Las historia oficiales -tales como los recuentos que hallamos en, virtualmente, todos los textos de historia usados en las escuelas primarias y secundarias de Venezuela y los Estados Unidos- enmascaran las causas reales del cambio histórico, comunicando a las jóvenes generaciones la idea de que la Historia es una acumulación lineal de eventos, nombres y fechas no relacionados con la vida diaria. Muestran, así mismo, a esa vida diaria, como el fruto de los continuos esfuerzos de individuos autónomos por optimizar o maximizar sus circunstancias, al mismo tiempo que se adaptan al orden sociopolítico existente, en lugar de buscar cambiar las condiciones de ese orden o aquellas del creciente sistema global del que también forman parte.” (Vargas 1999:15) “Las historias oficiales manipulan el conocimiento de la Historia, esto es, los procesos objetivos vividos y experimentados por los pueblos, los cuales constituyen la única vía para comprender y explicar las presentes condiciones sociales en países dependientes como Venezuela y en general América latina y el Tercer Mundo (Straviasmo 1981, Vargas Arenas y Sanoja 1990:51, Vargas 1999:15). Más allá de los procedimientos de una historiografía que intenta hacer justicia con los “olvidados” de la historia, se asume en esta propuesta un recurso filosófico que había analizado Antonio Gramsci y que autores como el argentino Jorge Gantiva remite en su obra escrita cuando señala: “El socialismo como movimiento social e intelectual, propende por recuperar la cotidianidad, la enriquece, pero no se queda contemplándola, sino que la libera de las ataduras del mundo, de la seudoconcreción, la cosificación, de la mera espontaneidad y de las representación inmediata de la realidad. Se trata de superar la vida cotidiana en un proceso de reconocimiento, problematización y proyección de marco filosófico de la creación de una realidad histórica, de redimensionar el paso del sentir al de comprender y éste al saber y viceversa, de este al comprender al sentir “.(Gramsci-Gantiva 2008:111). Más adelante el mismo autor deshilvana los conceptos Gramscianos sobre el asunto filosófico y epistemológicos de la historia con detalle: “Pero ¿cómo es esta vida cotidiana que requerimos conocer y a la vez superar? Desde el punto de vista filosófico, la existencia humana o “el estar en el mundo” tienen su mundo cotidiano. Los grupos humanos sin excepción la tienen y le confieren valoraciones distintas a su diario vivir. La cotidianeidad abarca la compleja red de la cultura y de la mentalidad, de la praxis utilitaria, del saber popular y del sentido común. No es el campo privado en oposición a lo público, sino el modo de ser del hombre social en su especificidad como ciudadano, como sujeto social y familiar, como trabajador, como amante, etc.” (Gantiva 2008:114) . El mismo Gramsci es citado por Gantiva y textualmente recoge la sentencia del intelectual italiano: (…) el socialismo es organización, no solamente política y económica, sino también, y específicamente, es organización del saber, obtenida a través de la actividad de la cultura” Sobre la base de esas consideraciones filosóficas abordamos una aproximación al aspecto legal que nos remite a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en lo relativo a los derechos culturales y educativos del pueblo venezolano, pero también a la Ley para Sancionar los Crímenes y otras Violaciones a los Derechos Humanos por Razones políticas entre 1958 y 1998 que expresamente señala en su artículo 27 del capítulo referido a la Memoria Histórica: “El Estado, a través del órgano con competencia en materia de documentación, archivo y acervo histórico; rescatará, preservará y divulgará la memoria histórica de las graves violaciones de derechos humanos y los delitos de lesa humanidad, la situación de las víctimas generadas por el terrorismo de Estado y sus consecuencias políticas, éticas y sociales. Para ello, incorporará en la historiografía oficial venezolana el estudio de las luchas populares del período a que se refiere la presente Ley, como precursoras del actual proceso político. Corresponderá a los Ministerios del Poder Popular con competencia en materia de educación llevar a cabo su realización. El Estado erigirá memoriales y recordatorios en aquellos lugares donde acontecieron los hechos a los que se refiere la presente Ley, sean estos locales o nacionales.” He allí los mandatos de ley que explican un “para que” de estos estudios. 6.- MARCO TEORICO-METODOLÓGICO En el proceso de implantación un programa de estudios sobre el tema y el periodo indicado reconocemos la necesidad de hacer uso de una diversidad metodológica que les permita a quienes intentan hacer análisis histórico sobre esos eventos, para aproximarse a la objetividad de los hechos y su reconstrucción historiográfica. Por ello sugerimos hacer un abordaje desde distintos ángulos como el histórico, geohistórico, sociológico, y antropológico. Por ello sugerimos revisar las diversas fuentes filosóficas y teóricas que pueden sustentar los recursos metodológicos que permitan arrojar resultados satisfactorios en las investigaciones y que se ajusten a los estándares de rigor académico necesarios para optimizar la producción de conocimientos. Desde la visión de la filosofía clásica del materialismo histórico hasta las nuevas consideraciones, aportes o interpretaciones de teóricos como Isvant Meszaros se abre unas ventanas de análisis desde donde podemos observar nuevos paradigmas para la aproximación metodológica más adecuada. En tal sentido destacamos lo escrito por Méstzáros en referencia al materialismo histórico citando a Engels quien a su vez refiere a Marx: “Esa acepción de la historia se basa en la exposición del proceso real de la producción partiendo de la producción material de la misma. Y comprende la forma de relación de trato conectada con, y creada por, ese modo la producción, es decir, la sociedad civil en sus varios estadios, como la base de toda la historia; la describe en su acción como Estado y explica también cómo todos los diferentes productos teóricos y formas de conciencia, la religión, la filosofía, la moralidad, etcétera surgen de ella; y trata el proceso de formación de aquellas a partir de esa bases; así todo el asunto puede, por supuesto, ser descrito en su totalidad (y por consiguiente, también la acción recíproca de esos varios lados entre si…” (Federico Engels 1883:1951) . Más adelante Méstzáros para precisar las erráticas aproximaciones ortodoxas derivadas de ese concepto expresado por Engels sobre el materialismo histórico brinda luces teóricas que permitan poner en contexto ese enfoque teórico cuando señala lo siguiente: (…) La lectura equivocada…interpreta la concepción de la historia de Marx como si solamente le interesase afirmar que “las circunstancias hacen al hombre” ignorando por completo las condicionantes dialécticas respecto al impacto/ activo creador de los hombres sobre sus mismas circunstancias.(…)” (Meszaros 2003: 39) De nuevo nos remitimos a Gramsci para aportar elementos de análisis teórico sobre el tema: “La cotidianeidad abarca la compleja red de la cultura y de la mentalidad, de la praxis utilitaria, del saber popular y del sentido común” (Gantiva 2014:114) Basándonos en esas tesis teórico-filosóficas nos remitimos a las metodologías de la microhistoria como uno de los recursos técnicos que se han propuesto para el abordaje del estudio de la historia. En ese sentido el historiador mexicano Luis González González, proponente del concepto de historia local indica: “Aparte de ese tipo de enfoque con telescopio de lo que es hombre y su cambio en el tiempo, existe lo que hacen normalmente los historiadores cuando dividen al mundo en algunos cientos de naciones-estados y, sobre todo, cuando se ocupan de estudiar a la cúpula, los rumbos por donde anda el dinero, el poder y la fama, y hacen, pues, una historia que es la que normalmente se designa con ese término: la historia. Por último, existen los que les gusta ir a temas más concretos, aunque después saquen de ellos conclusiones que abarcan no sólo al hombre, sino a todo el universo. Estos son los que se ocupan de una comunidad, de unos pocos miles de habitantes en donde todos se conocen entre sí o de una vida cotidiana, que es mal vista por los filósofos de la historia y los historiadores comunes y corrientes” Por su parte el profesor Arístides Medina Rubio quien ha promovido en Venezuela esta metodología de enfoque histórico ha indicado que la macrohistoria y la microhistoria: (…) no extraña que sean igualmente válidas una historia de los hombres en el contexto universal, como una historia en contextos nacionales concretos y aún en su espacio y tiempo menores que las naciones. Es así legítimo entonces también acercarse al pasado de las gentes cuya existencia nace, vive y muere en pequeñas localidades” Así hacemos honor a una metodología que intenta la reconstrucción de la memoria histórica desde la visión de lo cotidiano cuyos componentes constituyen la historia de un pueblo, de una nación, más allá de la historia de los mandatarios o gobiernos, sino una historiografía nutrida de hechos, representaciones, valoraciones sociales y significados transformadores, surgidos del trascurrir de la vida diaria significativa, trascendente de una comunidad, de una región, de un pueblo. Por su parte dos historiadores mexicanos Carlos Aguirre Rojas y Carlos Martínez Saad en mesa de trabajo realizada en Michoacán en 2002, analizan tres nuevos paradigmas sugeridos para el abordaje metodológico de la microhistoria que sinterizamos de la siguiente manera: 1.- Primer paradigma del cambio de la escala de análisis o de observación: en la idea de que podemos tomar hipótesis macrohistóricas y luego someter a prueba su validez, su capacidad explicativa real en el nivel microhistórico. 2,. El segundo paradigma: cuando abordamos una realidad histórica, y tratamos de dar cuenta exhaustiva y luego intensivamente del fenómeno que estamos estudiando, y que en el caso del ejercicio microhistórico italiano es el del universo microhistórico, lo que hacemos es, también en alguna medida, tratar de aplicar ese paradigma braudeliano de la historia global. Así que mientras la noción simple y puramente descriptiva de historia universal sólo nos remite a una visión no articulada y puramente acumulativa de los hechos humanos, el complejo concepto de la historia global, se asocia más bien a este análisis exhaustivo e intensivo defendido por los microhistoriadores italianos. 3.- Tercer paradigma: cuando enfrentamos a una realidad que se nos escapa o esconde, que se nos oculta, entonces podemos tratar de “atraparla” por vías indirectas, por vías sesgadas, explotando la lectura de indicios, de pistas, de huellas, y es de aquí que deriva la célebre metáfora utilizada por Carlo Ginzburg que intenta equiparar al historiador y a su trabajo con la actividad del detective, o también con la labor del psicoanalista, la que es en mi opinión una metáfora importante y cargada de consecuencias. Martinez Saad por su parte precisa los conceptos al señalar que la historia regional es dialéctica y dinámica y así lo describe: la historia regional se construye y se reconstruye a sí misma todos los días, porque no estudia regiones determinadas sino que va generando el espacio estudiado a lo largo de la propia investigación” En esa misma línea algunos autores han perfilado una aproximación metodológica que sintetizan las formas y recursos técnicos para el abordaje de los estudios históricos, uno de ellos es Edoardo Grendi que señala lo siguiente: “El reciente boom de la historia de la familia, o el modelo de una historia social concebida como prosopografía generalizada, o las técnicas de estudio fundadas sobre el análisis de los microepisodios y sobre la reconstrucción de las biografías ilustrativas, o también las “historias de vida”. Un episodio singular de alguna crónica puede también proveer elementos para la determinación de las estructuras de una sociedad: lo que equivale a decir que lo repetitivo, es decir la estructura, no está determinada por las matemáticas y por el número, ya que normalmente estos últimos se apoyan sobre elementos que son ajenos a los procesos de relación. Y en este sentido, hace falta redes, cubrir toda la utilidad de las fuentes cualitativo-narrativas, es decir de las crónicas del pasado. En segundo lugar está el análisis de la estructura política, que se encuentra vinculada a una compleja relación constituida por sentimientos de identidad colectiva, por símbolos de prestigio, por ciertas cargas encubiertas, por grupos formales e informales de gestión del universitas y de la comunidad, por alianzas a partir de vínculos de parentesco y familiares, a partir del elemento primario de la instalación de la población. En tercer lugar se ubican las transacciones económicas, que involucran servicios y bienes y que presuponen, igual que las otras relaciones, continuidades, fracturas o compensaciones en el tiempo.” Grendi concluye su razonamiento sobre el tema metodológico ofreciendo líneas de compresión que permiten establecer los planos de acción en lo concreto que puede ofrecer herramientas funcionales para la aplicación en la práctica de estudio: “En este sentido, el reclamo de un microanálisis histórico es válido como la medida de una posible coherencia fuerte de una metodología general para la historia social. E insistamos en la hipótesis de que los resultados de la microhistoria podrían llegar a representar algo muy cercano de aquel modelo de didáctica-laboratorio que estamos tratando de alcanzar. El elemento- guía es la referencia a un cuadro social global, cuyo tratamiento implica elaboraciones teóricas formalizadas, junto a la construcción de cuadros morfológicos, y también a la síntesis entre la lógica histórica y la atención al individuo y al episodio”. Para ampliar el rango de visiones teórico-metodológicas se agrega la que han señalado desde el enfoque sociológico y que se refiere a las historias de vida y en este sentido citamos a Víctor Córdoba en su libro “Historias de vida, una metodología alternativa para las ciencias sociales” donde señala: “…la discusión cerca del método de investigación a emplear en la construcción del objeto de estudio y a cerca del propio método de investigación…implica adentrarse en una discusión de carácter teórico y metodológico que de ninguna manera se encuentra resuelto. Quiere decir, entonces, que los estudiantes e investigadores se les presenta desde el punto de vista metodológico no un método, porque no existe un método único en la ciencias sociales, sino distintas alternativas metodológicas, que tienen un fundamento de carácter cuantitativo, estadístico o matemático y por otro lado pueden tener un fundamento de carácter cualitativo, en la cual el método biográfico o método de historias de vida es una de sus expresiones más singulares.”(…) Al señalar que existen distintas alternativas metodológicas abrimos la oportunidad de elegir libremente la más indicada para los efectos particulares de las líneas de investigación ha desarrollar a objeto de reconstruir la memoria histórica referida a la insurgencia y contrainsurgencia vinculada a hechos políticos donde se incluyen acciones violentas desde 1958 hasta nuestros días, muchos de los cuales tienen fuentes locales nutridas de episodios, personajes y eventos de las luchas sociales vividas por el pueblo venezolano. Por otro lado hay autores que han indicado la pertinencia de nutrir los saberes históricos con el estudios de la geohistoria citamos para ello dos autores, el primero es el Profesor Ramón Tovar especialista en tema relativos a la geohistoria como otro recurso metodológico para obtener información de valor e interés historiográfico. Al respecto señala Tovar: El enfoque (geohistórico) requiere cuando menos, tres direcciones fundamentales; la antropológica, la sociológica y la histórica referida al espacio por la acción desplazada por los hombres (actividades económicas) mediante un trabajo. Lo que nos permite concebir la región geohistórica como una unidad espacial, identificable desde la dinámica tempo-espacial sujeto a condiciones históricas determinadas. El tratamiento geohistórico asume el rol de apoyo al estudio histórico regional; proporciona o fundamenta esa identidad o individualidad” (Tovar 2005:42) Para concluir este episodio retomamos lo escrito por el Profesor Arístides Medina Rubio en el Manual de Historia Local al señalar los criterios metodológicos que se aplican con en el enfoque microhistórico a saber: 1.- La investigación histórica: a.- genésica (de los más antiguo a lo más contemporáneo) b.- retrospectiva (de acontecimientos recientes a los principios históricos). 2.- La Investigación-Acción-Participación: construcción colectiva, actor(es)-autor (es), horizontalidad en la interacción social, simultaneidad e indivisibilidad de las etapas, 3.- La investigación etnográfica: comprender la realidad social, cultural, estructuración de datos y significados en los planos cualitativos de la vida de los sujetos, su geografía, tradiciones, costumbres y otras competencia culturales. No descartamos ningún otro enfoque teórico metodológico siempre que éste de los resultados esperados, sobre la base de una experiencia enriquecedora o innovadora, solo damos estas referencias para proveer a los estudiantes o investigadores de insumos iniciales para partir de una visión clara sobre los recursos y herramientas que de resultados satisfactorios dentro del ámbito de la rigurosidad científica y académica. FORMATOS DE APLICACIÓN: Así como se ha sugerido la flexibilización en lo metodológico, la Cátedra de Estudios sobre la Insurgencia y la Contrainsurgencia deja abierta la posibilidad para que en el seno de la universidad se discutan los modelos o formatos curriculares más apropiados para la aplicación del programa en atención a los intereses que remita la institución y a los requerimientos que sugieren las políticas de estado con relación a las prioridades en materia de educación universitaria. Sin embargo recomendamos la implantación de un seminario anual con acreditación o como materia electiva a los cursos regulares, así como la estructuración de diplomados que permitan ir estudiando y valorando la inserción de programas de estudios en la currícula regular. Igualmente las distintas variables de carácter formativos como conferencias, simposios, foros, talleres o cursos que complementan la formación académica a la población estudiantil y al pueblo en general. Con relación a los temas generales relacionados a la Insurgencia y Contrainsurgencia existe un rango de ejes como el político, el militar, el social, la psicología, la antropología, la literatura y las artes, igual como tópicos referidos a la violencia política, los derechos humanos, las relaciones cívico militares, la injerencia extranjera, los manuales contrainsurgentes entre otros. CONCLUSIONES Pudiéramos consumar esta propuesta indicando que de lo que se trata es de dar continuidad a la producción de saberes sobre nuestras realidades actuales y pasadas, pero haciendo un ejercicio académico sistemático que busque en la arqueología de los conocimientos todo nuestro mejor referente histórico para seguir definiendo nuevos paradigmas que nos enrumben hacia actos de justicia con la verdad histórica pero sobre todo que nos convoquen a mejores destinos sociales en la búsqueda de la felicidad posible. Es necesario estudiar las fuentes documentales del Partido Comunista de Venezuela y el Movimiento de Izquierda Revolucionaria como principales organizaciones insurrectas, manteniendo una independencia de interpretaciones oficiales de esos partidos y de sus oponentes, para tener una visión científica y conocer a fondo el cómo, cuándo y porque de la lucha armada en Venezuela desde sus inicios hasta el final. No será fácil, no queremos que sea fácil, debe ser exigente, disciplinadamente productivo y profundamente humano, porque mucho ha sufrido la memoria, víctima del ocultamiento y de la desaparición forzada teniendo como cómplices al silencio interesado, al engaño o a la mentira artera para que nuestras generaciones futuras no reconozcan los preciados valores épicos de un pueblo mártir y sobre todo de su pertenencia e identidad cultural legado de nuestras luchas por la Independencia y soberanía. Si estamos conscientes que el rigor científico y académico en lo metodológico nos lleva a la excelencia, entonces hemos encontrado un camino que nos abrirán nuevas rutas al conocimiento colectivo donde los mismos protagonistas se hacen autores para completar lo instituido en el Plan de la Patria referido a la democratización del conocimiento. Pero los resultados que comiencen a dar estos estudios no será meramente para la contemplación hacia atrás, que ya sería un saldo para que no se repitan situaciones atroces como las que vivió Venezuela con el terrorismo de estado entre 1958 y 1998 o que viven otro países del mundo actual, sino que estos saberes formarían parte de la inteligencia colectiva para convocarnos a la acción para fortalecer el tejido y construcción social también colectiva como nueva formas de relacionarnos con nuestros similares y con la naturaleza. BIBLIOGRAFÍA • Cordova, Victor. 2013. Historias de vida, una metodología alternativa para las ciencias sociales. Fondo Editorial Trópycos. Caracas. Venezuela • Gantiva Silva, Jorge. 2008. Un ensayo sobre Gramsci. Centro Internacional Miranda. Ministerio del Poder Popular para la Educación S uperior. Caracas, Venezuela. • González y González, Luis, otros. Noviembre 18 de 2002. Mesa Redonda: Microhistoria Mexicana, Microhistoria italiana e historia regional (Luis Carlos Martínez Assad y Carlos Aguirre Rojas). Centro de Estudios Históricos del Colegio de Michoacán. Zamora, Michoacán, citado 4/05/2015.Disponible en www.colmich.edu.mx/relaciones25/files/revistas/101/pdf/documento.pdf • Grendi, Edoardo. 2003 Paradojas de la historia contemporánea. Revistas Relaciones, verano, año/vol. 24, número 095, Colegio de Michoacán Zamora, México pp. 267-278, .Relaciones Revista de El Colegio de Michoacán, ISSN: 0185-3929. México. • Medina Rubio Arístides. 2005. Lecturas de historia regional y local, Misión Cultura, Ministerio del Poder Popular para la Cultura. • Medina Rubio, Arístides, 2005, Manual de historia local, Biblioteca Nacional de Venezuela, Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Caracas, Venezuela. • Muñoz Leonel, 2009, Nuevas lecturas de la historia regional y local, Casa Nacional de las Letras Andrés Bello, Ministerio del Poder popular para la Cultura, Caracas, Venezuela. • Pereira, Gustavo, 2010, Los seres invisibles, Editorial El Perro y la rana. Ministerio del Poder Popular para la Cultura. Caracas, Venezuela. • Vargas Arenas, Iraida. 1999. La historia como futuro. Editorial Tropycos, Caracas, Venezuela. • Méstzaros, Isvant (2013) Estructura social y formas de conciencia. Monte Avila Editores Latinoamericana C.A, Caracas, Venezuela. Anexo bibliografía recomendada: • Clifford Geertz, El Conocimiento Local • James Clifford, Antropologia Interpretativa • Cornelius Castoriadis, "La Institucion Imaginaria de la Sociedad", "Sujeto y Verdad en el Mundo Historico-Social" • Daisaku Ikeda, La Vida, Un Enigma Coordinación Proyecto Memorias de la Insurgencia Centro Nacional de Historia Caracas, mayo de 2015.

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